martes, 26 de agosto de 2014

Crème brûlée


Aunque tengo algunas entradas pendientes, últimamente estoy un poco despistada y apenas estoy publicando. Hoy os traigo el Gran Reto Dulce del mes, en este caso un "steam dessert" o postre hecho al vapor. Como siempre, no hacía más que darle vueltas a un montón de recetas, pero éste me lo sugirió Gokuraku y me pareció muy sencillo y rico.

La receta la encontré en el blog de Stephanie Jaworski, por el que siempre os recomiendo que os paséis, aunque está en inglés. La verdad es que me dio un poco la lata el horneado, ya que en lugar de utilizar cuatro moldes más pequeños como hace ella en el vídeo, usé los que tenía en casa, que eran dos más grandes. Ella ya explicaba que la cocción depende de varios factores, como el tamaño de los moldes o la temperatura del agua. No sé a ciencia cierta cuánto tiempo lo tuve en el horno, porque parecía que nunca estaba hecho, pero estuvo más de una hora.

Me parece un postre más que recomendable, aunque creo que la próxima vez meteré la crema unos minutos en el congelador antes de quemar el azúcar, ya que con el calor del soplete perdió mucho frío. Es muy agradable la combinación de texturas, la suavidad de la crema con el crujiente del caramelo. Y también la combinación del sabor de la crema de vainilla con el dulzor del caramelo. Espectacular.



INGREDIENTES:

320 mililitros de nata para montar (yo usé 400 mililitros)
Una ramita de vainilla

4 yemas de huevo (60 gramos). Yo puse 4 yemas de la talla L y pesaban 75 gramos.
50 gramos de azúcar (yo le puse 60)
4 cucharadas de "caster sugar" (es un azúcar bastante fino, como no tenía, puse azúcar corriente en un vaso batidor y lo trituré un poco con la batidora)


ELABORACIÓN:

Pon la rejilla en la parte central del horno y precaliéntalo a 150ºC.

Pon la nata en un cazo. Abre la rama de vainilla, raspa las semillas con un cuchillo y pon tanto las semillas como la ramita con la nata. Calienta a fuego medio hasta que empiece a hervir ligeramente (verás que se forman unas burbujitas en los bordes). Retira del fuego y saca la ramita de vainilla.

Bate las yemas con el azúcar hasta que blanqueen un poco. Añade entonces la nata con mucho cuidado, muy poquito a poco, sin dejar de remover con unas varillas para que no cuajen las yemas. Cuela la crema con un colador.

Pon los moldes en una bandeja para el horno que sea lo bastante profunda para poder cocer la crema al baño María. Vierte la crema en los moldes, repartiendo bien las semillas de vainilla que quedan en el fondo de la crema. Pon la bandeja en el horno y vierte agua caliente o hirviendo en la bandeja hasta la mitad de la altura de los moldes. Es muy importante que no caiga agua en la crema. Cierra la puerta del horno y hornea durante 30-40 minutos (yo los tuve más de 1 hora, no sé cuánto tiempo exactamente, ya que mis moldes eran más grandes). Cuando, al mover la bandeja del horno, la crema sólo se mueva ligeramente, están listas. Saca la bandeja del horno y retira los moldes con cuidado, ya que los moldes y el agua están muy calientes. Deja enfriar completamente antes de guardar las cremas en la nevera. Enfría, al menos, durante 4 horas, sin cubrir. Yo las tuve un par de días en la nevera y no me dio ningún problema.

Reparte una cucharada de azúcar (caster sugar) sobre cada molde y caramelízalo con un soplete de cocina. Si no tienes, lo puedes gratinar en el horno, pero dice Stepnahie que no queda igual. Deja enfriar hasta que el caramelo endurezca (apenas unos minutos) y sirve lo antes posible. Tiene que quedar la crema fría y la capa de caramelo a temperatura ambiente.




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