Hay recetas que hay que desempolvar de vez en cuando. Ya la publiqué en su día de la mano de Clemenvilla, aquí podéis ver el post. La explicación de la receta la he modificado ligeramente, creo que ahora está mejor explicada. Ésta es una de ellas, son perfectas para comer con el café y tienen un sabor a chocolate riquísimo. La textura de la galleta es blandita por dentro y crujiente por fuera, están espectaculares.
Cuando leí en la receta que, si se usaba azúcar glass casero, no craquelaban bien, me quedé con la duda de a qué se refería. Aquí tenéis los dos ejemplos. Las primeras fotos son de las que hice con azúcar comprado y las últimas las hice con azúcar vainillado que hice yo en casa. Están hechas con la misma masa y el mismo día y la diferencia entre ambas es muy evidente.
INGREDIENTES:
250 gramos de chocolate (puede ser del de especial postres o de cualquier chocolate puro)
55 gramos de mantequilla
100 gramos de azúcar
2 huevos (yo uso los de la talla L)
210 gramos de harina
1/2 cucaradita de levadura en polvo
Una pizca de sal
1 cucharadita de vainilla líquida
Azúcar glass
ELABORACIÓN:
Pon la mantequilla con el chocolate en un recipiente apto para microondas y fúndelo. Yo lo hago a máxima potencia, pero con mucho cuidado de que no se queme. Lo pongo 30 segundos y voy aumentando el tiempo, removiendo cada vez con una espátula para ver si va fundiendo bien.
Pon el azúcar y los huevos en un bol y bate con las varillas hasta que doblen su volumen. Añade la vainilla y la mezcla de chocolate con mantequilla fundida. Mezcla con una espátula, pero con cuidado, sólo lo justo para que se integre bien.
Tamiza la harina con la levadura. Añade la sal, mezcla e incorpóralo a la mezcla anterior. Es importante no batir demasiado para que la mezcla no se baje. Deja reposar en la nevera durante una hora, si es más tiempo no pasa nada.
Precalienta el horno a 175ºC y, mientras, forma pequeñas bolas con la masa y pásalas por azúcar glass, de modo que queden bien cubiertas. Aunque parezca que hay mucho, es mejor pasarse que quedarse corto, ya que entonces se "beben" el azúcar y no quedan nada bonitas. Déjalas sobre una placa de horno cubierta con papel de hornear. No hace falta aplastarlas, ellas solas tomarán la forma con el calor. Conviene ponerlas algo separadas unas de otras, ya que crecen un poco.
Hornea a 175ºC de 12 a 15 minutos con calor arriba y abajo, sin aire. Al sacarlas, estarán blanditas. Colócalas con cuidado sobre una rejilla para que enfríen. Cuando estén completamente frías, tienen que quedar crujientes por fuera y blanditas por dentro. Ya están listas para comer o guardar. En una lata o tarro de cristal bien cerrados, aguantan unos cuantos días muy bien, pero cuando mejor están es recién hechas.
Aquí tenéis un par de fotos de las que hice con azúcar glass casero. ¿A que se nota?
Muy buenas con el café, lo dice uno que las ha disfrutado. Os animo a hacerlas.
ResponderEliminarGracias por el comentario. La verdad es que tienen buena pinta, pero el sabor y la textura son mucho mejores. Besos.
ResponderEliminar¡Qué pinta tan estupenda! Guárdame dos para el almuerzo. Besos, Conchi.
ResponderEliminarLas que quieras, Conchi! Besos.
EliminarEstá muy bien eso de rescatar recetas de vez en cuando. La verdad es que te han salido espectaculares y lo del azúcar es curioso, pero es así, a saber lo que lleva el comprado, ja ja ja (creo que es algo para la humedad).
ResponderEliminarUn besito
Pues sí. Hay recetas que lo merecen, como ésta. Es una pena que las hagamos un par de veces y nos olvidemos de ellas. Muchas gracias por compartir este tipo de recetas con nosotros. Besos.
EliminarUna pinta estupenda, me quedo con la receta, a ver sime salen tan buenas como a tí. Besos, Conchi
ResponderEliminarClaro que te saldrán, y mejor también. :) Con estas galletas quedarás muy bien, son muy ricas, con un sabor a chocolate...Besos.
Eliminar