jueves, 24 de abril de 2014

Tarta de tres chocolates crujiente



Como sigo igual que hace un mes y continúo con el reposo, os rescato otra receta, que ya van quedando pocas. Ésta es una pequeña variante de la receta de tarta de tres chocolates que me pasó mi madre hace unos años. Siempre la había hecho al pie de la letra, pero en febrero o marzo quedamos con unos amigos y me apeteció hacerla con un toque distinto. Tenía una pastilla de chocolate con kikos que me encanta y pensé que la textura crujiente le podría venir bien. Como la mezclé con chocolate con leche, notaba ligeramente crujiente, así que la próxima vez haré esa capa sólo con el de kikos, creo que estará incluso mejor. 

La receta es muy sencilla de hacer y es una tarta fresquita, con un toque muy rico. Os la recomiendo, con ella siempre quedaréis bien, es un clásico y siempre le podéis dar un poco de personalidad cambiando los chocolates originales por otros con frutos secos, rellenos de oreo, etcétera.

Añadiendo chocolates con textura crujiente puedes conseguir tartas diferentes con la misma base.


PARA LA BASE:

INGREDIENTES:

200 gramos de galleta María (yo usé digestive)
70 gramos de mantequilla

ELABORACIÓN:

Pon unas pocas galletas dentro de una bolsa de congelación o bocadillo y muélelas pasando el rodillo por encima. Haz lo mismo con el resto de las galletas y reserva. Derrite la mantequilla y mezcla con la galleta picada. Reparte la mezcla en un molde desmontable (el mío era de 24 centímetros) y aplasta bien de forma que quede una capa uniforme. Reserva en la nevera.



PARA LAS CREMAS:

INGREDIENTES:

200 gramos de chocolate negro
200 mililitros de nata para montar
200 mililitros de leche entera
1 sobre de cuajada en polvo

200 gramos de chocolate con leche (yo puse 120 con kikos y 80 con leche)
200 mililitros de nata para montar
200 mililitros de leche entera
1 sobre de cuajada en polvo


200 gramos de chocolate blanco
200 mililitros de nata para montar
200 mililitros de leche entera
1 sobre de cuajada en polvo


ELABORACIÓN:

Hay que hacer las tres cremas por separado. 

Para la primera crema, pon 50 mililitros de leche en un vaso y disuelve en él la cuajada. Pon el chocolate negro troceado, el resto de la leche y la nata en un cazo a fuego suave y remueve constantemente. Hay que tener cuidado de que no se queme. Cuando esté el chocolate bien disuelto, sube un poco el fuego y sigue removiendo. Cuando rompa a hervir, añade el sobre de cuajada disuelta y sigue removiendo. Cuando vuelva a hervir, retira del fuego y vierte sobre la capa de galleta. Deja enfriar en la nevera mientras preparas la siguiente crema. 

Para la segunda crema, pon 50 mililitros de leche en un vaso y disuelve en él la cuajada. Pon el chocolate con kikos y con leche troceados, el resto de la leche y la nata en un cazo a fuego suave y remueve constantemente. Hay que tener cuidado de que no se queme. Cuando esté el chocolate bien disuelto, sube un poco el fuego y sigue removiendo. Cuando rompa a hervir, añade el sobre de cuajada disuelta y sigue removiendo. Cuando vuelva a hervir, retira del fuego y vierte sobre la capa de chocolate negro. Para evitar que el chocolate caliente haga un agujero sobre la capa de chocolate, no lo viertas directamente, sino sobre una cuchara puesta boca abajo. Deja enfriar en la nevera mientras preparas la siguiente crema. 

Repite la misma operación con los ingredientes para la crema de chocolate blanco y deja enfriar en la nevera, como mínimo, 2 horas. Pasa un cuchillo por el borde del molde, desmolda, decora con lo que más te guste y sirve. 






miércoles, 16 de abril de 2014

Helado de vainilla



Como ya comenté en la última receta, últimamente estoy un poco limitada físicamente y me estoy dedicando a recuperar fotos que tenía ya hechas para poder seguir con el blog. Tengo fotos de varias recetas, pero no esperaba encontrar éstas, ya que no me acordaba de ellas. Las encontró mi marido entre los archivos de 2012 y las puso como salvapantallas en el ordenador porque en algunas salían los niños. Como llevo ya dos o tres años queriendo compartir esta receta con vosotros, aquí la tenéis. Es uno de mis postres favoritos en verano y en casa todos se vuelven locos cuando saben que hay heladito de postre.

La primera vez que lo probé me di cuenta de que el helado de vainilla industrial no tiene absolutamente nada que ver con la auténtica vainilla. También me sorprendió saber que lo que da el color amarillento al helado no es la vainilla, que son unas semillas diminutas de color negro, sino las yemas de huevo. Os recomiendo que lo probéis y, si no tenéis heladera, también os aconsejo que os hagáis con una, ya que es una pasada, tanto para hacer los helados como para sorbetes, granizados,...

La receta venía con las instrucciones de la heladera, pero con sólo dos yemas. Yo le pongo tres porque así aprovecho para hacer helado de vainilla y, al día siguiente, cuando la cubeta está congelada otra vez, el de leche merengada. La verdad, mi favorito es el de leche merengada, pero por muy poco, los dos son cremosos y riquísimos.



INGREDIENTES:

Una ramita de vainilla
3 yemas de huevo (yo uso de la talla L, de 63 a 73 gramos, las claras las puedes utilizar para hacer helado de leche merengada al día siguiente, guardándolas en la nevera bien tapadas y sacándolas 20 minutos antes de montarlas)
65 gramos de azúcar blanquilla
200 mililitros de leche entera
200 mililitros de nata para montar

ELABORACIÓN:

Abre la rama de la vainilla con un cuchillito afilado y ráspala para extraer las semillas. Pon  la leche con la nata en un cazo. Añade la rama y las semillas de la vainilla y ponlo a cocer.

Bate las yemas con el azúcar con las varillas eléctricas hasta que se blanqueen y doblen su tamaño.

Añade un chorrito de leche, con cuidado de que las yemas no se cuajen, pues la leche estará muy caliente. Bate la mezcla rápidamente con las varillas y añade el resto de la leche, mezclando bien. Deja enfriar y, cuando esté a temperatura ambiente, introduce en la nevera al menos un par de horas, pero si puede ser toda la noche, mejor.

Si tienes heladera, ponla en marcha y vierte la mezcla (no te olvides de tener la cubeta en el congelador desde el día anterior). Deja funcionar la heladera durante 30 minutos. Una vez pasado el tiempo, vierte el helado en un envase hermético (tendrás una crema espesa, fácil de manejar) e introduce en el congelador. Tardará, al menos, una hora en adquirir una consistencia adecuada.

Si no tienes heladera, introduce en el congelador y ábrelo frecuentemente (cada 15 minutos o media hora, durante 2 ó 3 horas) para removerlo. Así, le cuesta mucho más cristalizar y tiene una textura más agradable.







viernes, 11 de abril de 2014

Tarta de mousse de lemon curd


Por asuntos varios, me he pasado más de un mes sin compartir ninguna receta con vosotros. Aunque tengo fotos de algunas recetas que preparé hace semanas, hasta ahora no he podido explicarlas, pero espero que os gusten. 

Voy a empezar con ésta, no porque sea la más antigua, más bien al contrario, es la última que hice, hace más de dos semanas. La preparé para el reto dulce de febrero, pero sólo tuve tiempo de hacer las fotos. A los dos días, estaba ingresada en el hospital, y he estado haciendo reposo desde entonces. Hoy ya me han dicho los médicos que me empiece a mover más por casa, así que estoy sentándome en el ordenador, a ratitos, y me estoy volviendo a animar.

Cuando leí que el reto de marzo era una mousse, me puse a darle al coco, porque a mi marido no le suelen gustar demasiado esas texturas. Como él es siempre mi conejillo de indias (creo que le tengo traumatizado), pensé en hacer algo a su gusto. Lo que nunca falla con él es el limón y encima tenemos un árbol llenito... Bueno, pues al final hice una receta utilizando una base que nos encanta a todos: lemon curd. La receta que seguí fue, básicamente, la que podéis ver en el vídeo de Lolita La Pastelera, pero cambiando el bizcocho del interior por galleta picada, la misma que usé para la tarta de queso y Mars (espectacular, os la recomiendo) y utilizando también las yemas. Veréis que Lolita explica la receta para elaborarla con máquina, pero la mía no tiene pala y adapté la receta.

El resultado fue muy rico, tiene que estar muy fría, mejor si está casi congelada. La próxima vez, haré la base de galleta más fina, del mismo diámetro de la tarta, así es mucho más fácil de cortar y el contraste de las texturas, más sutil.



PARA LA BASE DE GALLETA:

INGREDIENTES:

150 gramos de galleta digestive (yo le puse las Animadas de Hacendado, que son como la Tosta Rica antigua y quedó muy bien).
70 gramos de mantequilla
2 cucharadas de azúcar moreno de caña

ELABORACIÓN:

Tritura las galletas. Una forma rápida y fácil de hacerlo es poniendo 5 ó 6 galletas dentro de una bolsa (de las de bocadillo o congelar) y pasar el rodillo por encima. Cuantas menos galletas pongas en cada tanda, más fácil serán de triturar. Reserva en un bol.

Derrite la mantequilla en el microondas (necesita poco tiempo, ponlo a 15 segundos a potencia máxima y ve aumentando el tiempo, si es necesario). Añade el azúcar a las galletas trituradas y la mantequilla y mezcla bien con un tenedor. Reparte por todo el molde (el mío era de 18 centímetros) y alisa bien. Deja enfriar bien, tapado con film transparente.



PARA LA MOUSSE:

INGREDIENTES:

400 mililitros de nata para montar (muy fría, tiene que estar refrigerada, al menos, desde el día anterior)
250 gramos de queso de untar (a temperatura ambiente)
200 gramos de lemon curd (yo usé la receta de Stephanie Jaworski, la podéis ver traducida aquí)
150 gramos de azúcar blanquilla
100 mililitros de clara de huevo (yo usé 2 huevos enteros, separando claras de yemas)
8 hojas de gelatina

ELABORACIÓN:

Pon el bol y las varillas para montar la nata en el congelador de 10 a 15 minutos. Monta la nata con las varillas, es importante que los utensilios, así como la nata, estén muy fríos. Para montar la nata, añade un par de cucharadas de azúcar desde el principio. Cuando esté bien montada (suele estar en unos 4 minutos a velocidad máxima y la textura es muy firme), reserva. Mezcla el queso con la varilla de mano para que tenga una textura más suave. Añade el queso a la nata con movimientos envolventes. Reserva en la nevera. 

Pon las 8 hojas de gelatina a hidratarse en agua fría. Calienta 2 ó 3 cucharadas de lemon curd al baño María. Cuando la gelatina esté blandita, escúrrela y añádela al lemon curd caliente para que se disuelva. Mezcla bien, deja reposar un par de minutos y añade al resto de lemon curd con las varillas manuales (tiene que estar bien frío, para que, al mezclarlo con la nata no haya demasiado cambio de temperatura). Añade el lemon curd a la nata con movimientos envolventes, para que no se baje, hasta que tenga una textura uniforme. 

Monta las yemas con un par de cucharadas de azúcar. Monta las claras con el azúcar restante. Las claras tienen que estar a temperatura ambiente. Pon las claras a temperatura media y ve aumentando la velocidad. Cuando empiecen a estar blancas, aunque todavía no consistentes, añade el resto del azúcar sin dejar de batir y sigue batiendo hasta que al retirar la varilla, se vea que forma picos. Añade las yamas poco a poco a las claras, con movimientos envolventes. Añade un par de cucharadas de merengue a la nata y mezcla de la misma forma. Añade el resto y termina de mezclar. Vierte toda la mezcla sobre las galletas en el molde (yo usé uno desmontable de 24 centímetros y me quedó justo) y enfría durante, al menos 4 horas.


PARA LA COBERTURA:

INGREDIENTES:

150 gramos de lemon curd
3 hojas de gelatina
45 mililitros de agua
5 gramos de zumo de limón recién exprimido

ELABORACIÓN:

Pon a hidratar las hojas de gelatina en agua fría. Mientras, calienta el zumo de limón al baño María. Cuando la gelatina esté blandita, escúrrela bien y mezcla con el zumo para que se disuelva. Si quedase algún resto de gelatina sin derretir, ponlo 4 ó 5 segundos en el microondas.

Añade el lemon curd y remueve hasta conseguir una mezcla homogénea. Vierte la mezcla sobre la tarta (no la dejes caer directamente sobre la crema, pon una cuchara boca abajo sobre la tarta para que, al caer la mezcla, esté mejor repartida y no se haga un agujero en la tarta). Vuelve a enfriar, al menos, durante dos horas más. Pasa un cuchillo por el borde de la tarta y desmolda. La puedes decorar con lo que quieras, yo le puse unos hilitos de chocolate.






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