Hoy os traigo un postre muy rico, rápido, fácil de hacer y refrescante. Se me ocurrió hacerlo porque tenía un poco de lemon curd en la nevera que me había sobrado de una tarta y algo tan bueno no se puede desperdiciar. Tanto si se pone la capa de lemon curd debajo como si se hacen sólo de limón, estos yogures están muy ricos. Además, se pueden hacer unos pocos con lemon curd y los otros sin la crema, para todos los gustos.
Siempre que he hecho lemon curd lo he hecho siguiendo la receta de Stephani Jaworski, que me encanta, aquí os pongo el enlace.
1 litro de leche (yo utilicé entera)
1 yogur natural (yo utilicé uno azucarado, también puede ser de sabor a limón)
6 cucharadas colmadas de azúcar blanquilla
3 cucharadas colmadas de leche en polvo desnatada
Un limón (sólo la piel)
Lemon curd al gusto (de más o menos 5 milímetros de espesor en la base de cada yogur)
ELABORACIÓN:
Pela el limón y elimina la parte blanca de la piel con un cuchillo pequeño, ya que amarga. Pon a calentar la leche con el azúcar en un cazo y añade la piel. Calienta a fuego lento hasta que el azúcar se haya disuelto y se haya infusionado la leche. Deja templar.
Añade el yogur y la leche en polvo y bate. Pon una capa de 3 ó 4 milímetros de grosor de lemon curd en el fondo de los vasitos, si los vas a hacer con la crema. Vierte la mezcla sobre el lemon curd. Para que se mantenga la forma de la crema, vierte la leche sobre una cucharilla, para que no caiga directamente sobre el lemon curd. Introduce los vasitos en la yogurtera, enciéndela y cúbrela con su tapa. Deja funcionar durante unas 10 horas. Saca los yogures, ponles las tapitas y deja enfriar en la nevera, al menos, durante 4 horas.
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