Como poco a poco tengo que ir empezando a hacer vida normal y ya tengo permiso para cocinar, aunque sin esfuerzos, voy haciendo alguna receta nueva, con un poquito de ayuda de mis peques y mi marido. Todos los años tenemos calabazas del huerto y, de vez en cuando, abrimos una. La última era muy pequeña, pero se estaba empezando a arrugar y no quería que se estropease. Así fue cómo se me ocurrió hacer este experimento. Quedó un poco jugosa por dentro y la costra de azúcar moreno quedó riquísima.
INGREDIENTES:
2 huevos (yo uso de la talla L, de 63 a 73 gramos)
275 gramos de calabaza asada, sin piel, ni pepitas
200 gramos de azúcar
100 mililitros de aceite (yo le puse de girasol)
1 yogur natural (yo le puse azucarado)
275 gramos de harina de trigo
1 cucharadita colmada de levadura química en polvo (aproximadamente, 8 gramos o medio sobre)
Azúcar moreno para espolvorear
ELABORACIÓN:
Precalienta el horno a 180ºC.
Pon todos los ingredientes, a temperatura ambiente, en un bol. Tritura con la batidora hasta obtener una masa homogénea. Si es necesario, limpia las paredes del bol con una espátula y sigue triturando. Vierte la masa en un molde engrasado y enharinado o forrado con papel de hornear. El mío era redondo, de 26 centímetros. Cubre la parte central de la masa con azúcar moreno y hornea inmediatamente durante 30-40 minutos en la parte central del horno, con calor arriba y abajo. Yo lo horneé durante 35 minutos. Cuando esté dorado y al pincharlo en el centro con un palillo, éste salga limpio, saca el bizcocho del horno y deja enfriar.
Hummm , que buena pinta tiene ......
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