Hoy quiero compartir con vosotros esta receta, la famosísima tarta Selva Negra para celebrar, aunque con bastante retraso, el cuarto cumpleaños del blog, que fue el 24 de febrero. Lo siento, pero he estado muy ocupada y no he podido subir la entrada hasta ahora. Los últimos años he celebrado los cumpleaños del blog con las tartas que hice para mi mismo cumpleaños, que es el 23 de febrero. Me encantan todas, tanto ésta como la del segundo aniversario, que fue de
chocolate y coco, así como la del tercer cumpleaños, que fue la
tarta de nata, queso y fresas y la del año pasado, que fue la espectacular
tarta de zanahoria.
Estaba buscando una idea para hacer la tarta de mi cumpleaños, que iba a celebrar el 27 del mes pasado (uff, cómo pasa el tiempo!), cuando vi esta receta que compartía una de las compañeras, Amparo González en el grupo de Facebook "Reposteras de Andar por Casa". Amparo explicaba la receta del
blog de Alba, pero dando las cantidades en gramos. A excepción de las guindas, el resto de la tarta me convencía mucho, así que la hice con unas pequeñas modificaciones. Resultado: tarta IMPRESIONANTE. Creo que la repetiremos una y otra vez, está buenísima. Aunque sea una tarta un poco elaborada, merece la pena, sobre todo cuando queremos celebrar una fecha especial.
PARA EL BIZCOCHO:
INGREDIENTES:
Para 3 bases de bizcocho (yo lo hice de 4 capas con un molde de 20 centímetros)
300 gramos de buttermilk ó:
- 2 cucharaditas de zumo de limón o vinagre
- 300 gramos de leche
410 gramos de harina de repostería (yo usé harina normal)
105 gramos de cacao puro de Valor
9 gramos de levadura tipo Royal
9 gramos de bicarbonato
3 gramos de sal
275 gramos de aceite de oliva suave (yo le puse de girasol)
475 gramos de azúcar
4 huevos M (yo los puse L)
1 cucharadita de vainilla en pasta
90 gramos de café
ELABORACIÓN:
Primero, prepara la mezcla para hacer el buttermilk. Pon un par de cucharaditas de zumo de limón o vinagre y deja reposar de 10 a 15 minutos a temperatura ambiente. Cuando se haya cortado la leche, o sea, cuando tenga grumitos, tendremos listo el buttermilk, que dará esponjosidad al bizcocho. Reserva.
Precalienta el horno a 180ºC. Mezcla la harina, el cacao, la levadura, el bicarbonato y la sal. Tamiza y reserva.
Bate el aceite con el azúcar en un bol con las varillas (yo lo hice con las eléctricas durante unos 3 ó 4 minutos). Añade los huevos de uno en uno hasta que estén bien integrados. Puede que parezca que la mezcla esté cortada, pero no pasa nada. Añade la mitad de los ingredientes secos y la mitad de buttermilk. Mezcla, con una espátula, con movimientos envolventes. Añade la otra mitad de ingredientes secos, la otra mitad de buttermilk y la vainilla. No lo batas, o quedará un bizcocho correoso. Añade el café recién hecho (tiene que estar caliente) y mezcla hasta que esté bien integrado.
Reparte la mezcla en dos moldes de 20 centímetros de diámetro ya engrasados y forrados con papel de horno. Hornea de 40 a 50 minutos o, hasta que al pincharlo con un palillo, éste salga limpio. No abras el horno antes de que hayan pasado 30 minutos o se hundirán los bizcochos. Cuando estén listos, deja enfriar sobre una rejilla. Yo los suelo envolver en film transparente y los dejo en la nevera toda la noche (o varios días, si necesito hacerlos con antelación).
PARA EL ALMÍBAR:
INGREDIENTES:
El líquido de las guindas (resérvalas para la decoración, fuera del alcance de mi marido, entre otros)
1 vaso de agua
Medio vaso de azúcar
Un chorrito de licor de cerezas o Kirsch
Pon todos los ingredientes en un cazo y lleva a ebullición hasta que se disuelva el azúcar. Cuando vayas a empapar el bizcocho, éste tiene que estar frío si el almíbar está caliente y viceversa.
PARA LA DECORACIÓN:
INGREDIENTES:
1 litro de nata para montar muy fría con más de un 35% de materia grasa (yo puse medio, menos mal, porque no me hubiese cabido en el bol)
250 gramos de queso de untar tipo Philadelphia (yo puse 125)
Azúcar glass (yo puse 4 cucharadas)
200 gramos de chocolate (puedes usar negro o con leche, incluso combinarlos)
2 botes de cerezas rojas en almíbar (yo usé sólo uno)
ELABORACIÓN:
Ahora, es el momento de montar la nata. Mientras se calienta el almíbar, pon el bol y las varillas a enfriar en el congelador. Cuando esté frío, pon la nata a montar con las varillas eléctricas a velocidad media. Cuando empiece a coger consistencia, añade el queso, también frío, a cucharadas. Añade el azúcar glass tamizado mientras sigues batiendo. Cuando veas que empiezan a aparecer surcos amarillentos, estará lista. Además, si intentas verterla, verás que está compacta y no se mueve. Rellena una manga para la decoración y reserva en frío.
Ahora sólo queda terminar la tarta.
Ralla el chocolate con un pelapatatas y reserva en la nevera, así aguantará mejor al cogerlo con las manos para decorar la tarta.
Corta el bizcocho en 3 discos. Pon un poquito de nata sobre la base o bandeja de la tarta. Pon un bizcocho, empapa con el almíbar y pon una capa de nata. Yo no le pongo las cerezas dentro de la tarta porque no me gustan nada y si las pongo de adorno encima son muy fáciles de quitar. Repite la operación hasta terminar cubriendo toda la tarta con una fina capa de nata. Con esta capa, será mucho más fácil de cubrir después, ya que funcionan como una especie de "atrapamigas", como dice Alba. Parece poco importante, pero desde que lo hago, he notado muchísima diferencia, es infinitamente más fácil de cubrir. Deja enfriar en la nevera, al menos, 20 minutos.
Cubre ahora con una capa más generosa de nata. Decora los laterales con chocolate rallado. Decora con la nata de la manga y añade más chocolate rallado y guindas.